El rompeolas existente de la dársena principal, llamado popularmente “molo longo” debido a sus 1707 metros de longitud, funciona hoy en día como terminal de pasajeros y paseo costero. La planificación y preparación de las obras para la construcción del rompeolas actual comenzaron en el año 1872 y finalizaron en 1888. Lleva el nombre en honor de la emperatriz Molo Maria Teresa, en memoria de los méritos históricos por el desarrollo de la ciudad. Fue proyectado por la administración húngara y por el arquitecto húngaro Antal Hajnal, mientras que los trabajos de construcción hicieron, entre otros, una empresa dedicada a la construcción de ferrocarriles de París. Durante el siglo XX, el rompeolas fue ampliado, mientras que el muelle para cerrar el rompeolas fue construido en 1908, pero su extensión final se realizó en 1934. Durante la Segunda Guerra Mundial, diversas acciones ocurrieron en el puerto de Rijeka, pero el mayor daño tuvo lugar durante la retirada de las fuerzas alemanas en mayo de 1945. La gran reconstrucción del aquatorium se hizo inmediatamente después de la guerra y duró hasta 1961. Con especial orgullo se reconstruyeron las grúas de rompeolas puesto que mejoraron significativamente el estado del puerto gracias a su revolución tecnológica.
Desde 1904 en el área del rompeolas, los equipos de remo Quarnaro, Canottieri Fiumani i Liburnia han construido sus casas de bote, sala del club, piscinas pequeñas y terrazas. El mayor proyecto de construcción en el rompeolas fue la zona de baño Quarnaro de 1912-1913, proclamada la mejor zona de baño en la Monarquía en los albores de la Primera Guerra Mundial. El faro, que inicialmente fue instalado en la cabeza del rompeolas, se encuentra actualmente en la parte occidental de la ciudad, en el barrio Mlaka.
Mirando la ciudad desde el rompeolas, podemos seguir su desarrollo histórico desde la antigua Tarsatika, situada en la orilla derecha de Rječina, hasta el fuerte desarrollo marítimo e industrial al oeste. La ciudad fortificada, cambió de nombres y dueños a lo largo de la historia, y fue desarrollándose modestamente a través del comercio y la navegación, hasta la época de los veleros. Las características geográficas y marítimas de la embocadura de Rječina no fueron suficientes para convertir a Rijeka en el puerto de comercio mundial, accesible a grandes naves. Más tarde se desarrolló un proyecto ambicioso y costoso de muchos siglos de colmatación del mar con el fin de construir el nuevo puerto. Después de los terremotos que entre 1750 y 1754 destruyeron buena parte de la ciudad y sus murallas, se construyó inicialmente la Civitas nova en el lugar de las trincheras y las murallas de la ciudad en ruinas a lo largo de la costa de arena. El fuerte desarrollo económico de la ciudad tuvo lugar después de la proclamación de la Rijeka de Puerto Libre en el año 1719, en la época de Carlos VI. A continuación, se construyeron el Lazareto de Santa Carla, las carreteras de Carolina en el interior del país y la Refinería de azúcar que tuvo su monopolio en toda la Monarquía.
La construcción del puerto de Rijeka y de la nueva ciudad, se basó en una serie de soluciones urbanísticas, como el planeamiento de von Benkov de 1776, o también el planeamiento del inspector de la construcción de la ciudad, Anton Gnamb, desde 1785.
La revolución industrial acarreó muchos cambios significativos en el comercio y el transporte, y a los fines del comercio de granos, se construyó en el puerto el ascensor de silos de 12 000 toneladas, en el lugar del actual silo. Durante la segunda mitad del siglo XIX, en la ciudad existían 22 astilleros. Los veleros de viajes largos abarcaban desde Rječina hasta Kantrida, y en el lugar del puerto libre se construyeron fábricas de papel, tabaco, cuerda, cuero, anclas, pasta y velas. En ese período el planeamiento más importante de la ciudad y del puerto de Rijeka fue el de Josef Bainville en 1843, hecho según la demanda del gobierno húngaro que tenía previsto construir el rompeolas frente a Rječina con la extensión del muelle Ribarnica, desviando el caudal de Rječina, limpiando su viejo cauce y llenando el espacio frente del antiguo teatro de Rijeka (actualmente Palazzo Modello). Las obras se realizaron entre 1855 y 1860, y después se produjo el desarrollo rápido del puerto que, para la Monarquía Húngara, era la única salida al mar. Con el propósito de conectar Rijeka con el interior del país se construyó la ruta ferroviaria Budapest-Zagreb-Rijeka en 1873.
De acuerdo con los proyectos de Antal Hajnal, el ingeniero principal de la oficina real de Hungría para la construcción del puerto de Rijeka, colmatando la costa occidental se construyeron los embarcaderos Istarsko, Bečko, Budimpeštansko, Prašto; y el muelle De Francheschi y Visinov en el que hoy en día se conservan siete de los veinte antiguos almacenes, y está declarado patrimonio cultural.